Entradas

Voz experta: Mujeres trabajadoras alzaron la voz

Perfil Eugenia Rodriguez
Dra. Eugenia Rodríguez Sáenz

Voz experta: Mujeres trabajadoras alzaron la voz (1930-1948)

Mucho antes de que las mujeres pudieran votar, se hicieron sentir en manifestaciones públicas y en medios de comunicación

12 marzo 2024

El 10 de septiembre de 1933, el semanario Trabajo –órgano oficial del Partido Comunista de Costa Rica (PCCR)–, publicó el resumen de un discurso que Luisa González había pronunciado en la estación de radio Alma Tica. En esa ocasión, González indicó que hablaba “en nombre de la organización de mujeres trabajadoras”, y añadió: “Es este un grupo de trabajadoras de todos los gremios, que, unidas desde hace algunas semanas con propósitos de lucha social, ha hecho esta noche su primera salida a la calle”.

De seguido, González explicó cuál era el propósito de esa manifestación femenina: “Allí, en el Templo de la Música, codo a codo con sus compañeros de vida, están en estos momentos alzando la voz unánime de su protesta contra los acaparadores, contra los salarios de hambre, contra el desempleo y uniendo su palabra y su acción a la de los obreros y campesinos que exigen de la sociedad mejoras en su salario y trabajo para sus brazos”.

Foto antigua en blanco y negro de Luisa González cerca de 1947

Luisa González alrededor de 1947.

Sin duda, estas declaraciones de González son importantes pues la mención de la participación femenina en manifestaciones públicas era esporádica en la prensa de la época.

Entre las principales referencias conocidas se encuentran las consignadas en los estudios de Virginia Mora, en los cuales se identifica la presencia de mujeres trabajadoras en algunas protestas hechas durante las décadas de 1910 y 1920. En tales manifestaciones se demandaban mejores salarios y condiciones laborales en igualdad de condiciones con los obreros. También hubo mujeres en las manifestaciones de 1922 que exigían aprobar la ley del inquilinato.

Posteriormente, durante la campaña electoral de 1923, el Partido Reformista innovó al promover por vez primera la incorporación activa de las mujeres.

Publicado originalmente en

Movilización femenina

No obstante, como lo demuestra el discurso de González, el Partido Comunista fue la primera organización de su tipo que tuvo claro el importante potencial político asociado con la organización de las mujeres y su participación sistemática en diversas manifestaciones y actividades planeadas por los comunistas.

Foto antigua de un grupo de personas posando para la foto. Siete personas sentadas al frente y …

Foto de la Célula México del Partido Comunista publicada en Trabajo en 1943.

El activismo femenino fue de particular relevancia en los llamados “mítines” semanales, cuyo propósito era protestar contra el acaparamiento y la especulación de los productos de subsistencia. Los mítines también se expresaban a favor de la aprobación de cambios legales que regulasen los salarios y el alquiler de las viviendas, y que sancionaran a los especuladores de los productos básicos.

Asimismo, dichos mítines estaban dirigidos a apoyar las actividades electorales de los comunistas. En el decenio de 1940, de tales reuniones surgió un fuerte respaldo para las reformas sociales de entonces.

Un factor clave en el desarrollo de los mítines fueron las difíciles condiciones económicas que experimentó Costa Rica, primero debido a la crisis económica que siguió al colapso de la Bolsa de Nueva York en 1929, y luego a causa del inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

De acuerdo con los datos disponibles, un 27 % de los mítines fueron llevados a cabo en el decenio de 1930, y un 73 % en el de 1940. Se realizaron en todas las provincias, pero la ciudad de San José concentró la mayoría de tales actividades, para cuya adecuada promoción los comunistas se valieron de anuncios en la prensa, en la radio y en hojas volantes.

Muy importante fue el trabajo propagandístico realizado por los militantes comunistas de ambos sexos, ya fuera en talleres y fábricas, o puerta a puerta en los barrios populares.

“Allí, en el Templo de la Música, codo a codo con sus compañeros de vida, están en estos momentos alzando la voz unánime de su protesta contra los acaparadores, contra los salarios de hambre, contra el desempleo y uniendo su palabra y su acción a la de los obreros y campesinos que exigen de la sociedad mejoras en su salario y trabajo para sus brazos”.

Maternalismo social

Una clasificación por tipo de protesta indica que más de la mitad de las manifestaciones iban dirigidas contra la carestía y la especulación. El resto de las movilizaciones se distribuía entre las organizadas contra las altas tarifas de la electricidad, los bajos salarios, el desempleo, el elevado costo de los alquileres y las malas condiciones de las viviendas.

Así, la lucha para asegurar la subsistencia se convirtió en un medio fundamental para que las mujeres se sumaran a experiencias políticas que iban más allá de las prácticas electorales. Recuérdese que las mujeres costarricenses solamente pudieron votar a partir de 1949.

Desde un inicio, la movilización femenina supuso un desafío para la concepción predominante, según la cual el lugar de la mujer de clase trabajadora únicamente era el hogar, y sus responsabilidades debían reducirse a las labores domésticas. Ya en su discurso de 1933, Luisa González señalaba:

“Esa gente que imagina cumplido el papel social de la mujer cuando la ve atizando el fuego o haciendo milagros para estirar el sueldo raquítico del marido, critica esta actitud decidida que hemos asumido las mujeres trabajadoras de Costa Rica. Es que no quieren darse cuenta esos señores, que califican nuestras actividades como vagabundería, de un hecho muy simple: de que somos las mujeres las que directamente afrontamos las congojas del hogar”.

Pese a la ruptura cultural que implicó la organización y la movilización de las mujeres, estos procesos también apelaron, desde otra perspectiva, a los valores tradicionales, igualmente enfatizados por la Liga Feminista y el Partido Reformista. En efecto, en las protestas contra la carestía y la especulación se invocaba con frecuencia al “maternalismo social”, con lo cual se reforzaba la construcción identitaria de la mujer-madre, cuyo deber prioritario era luchar contra la miseria y el hambre de sus familias.

En una línea similar, en un artículo publicado en febrero de 1932, la educadora y escritora Carmen Lyra ya había insistido en que la incorporación de las mujeres a las luchas sociales contribuía a “ennoblecer la maternidad”.

Con los hombres o sin ellos

Ahora bien, entre la adhesión a los valores maternalistas y la ruptura que suponía la movilización de las mujeres, esta última fue, desde un inicio, el factor decisivo, como lo acentuó Luisa González en su discurso de 1933:

“Como esposas, como hermanas, como madres, sabemos cómo suele [sic: duele] ver a los chiquillos de la casa mal alimentados, desnutridos, enfermizos […]. Sentimos la necesidad de luchar, de luchar a brazo partido unidas a los hombres cuando les vemos resueltos al combate, solas cuando les observemos flaqueando ante los peligros de la lucha”.

En la primera parte de la cita es claro el predominio de los valores asociados con la maternidad, pero, al final, lo que González enfatizó fue que las mujeres se organizarían y saldrían a luchar al lado de los hombres o sin ellos. Para que no quedase duda, González añadió:

“Las mujeres de Costa Rica pensamos en esta forma, ya no nos limitamos a comprar menos arroz y aumentar la desnutrición de nuestras familias, cuando el acaparamiento de los especuladores aumenta el precio de ese cereal; sino que acudimos a la prensa, a la radio, a la tribuna pública, a señalar de frente a quienes especulan y se enriquecen a costa del hambre del pueblo”.

Al hacer un balance de las movilizaciones contra la carestía y la especulación, puede concluirse que su principal logro fue la creación, en 1943, de la Junta Central de Abastos, la primera entidad encargada de la regulación y la fijación de los precios de los productos de primera necesidad.

Dicha Junta fue sustituida por la Junta de Defensa Económica en 1944. Adicionalmente, las protestas también contribuyeron a que el Poder Ejecutivo promoviera, mediante diversos decretos, la intensificación de la producción agrícola para abastecer el mercado interno.

De esa manera, la creciente y activa participación de las mujeres en aquellas movilizaciones contribuyó a redefinir su papel en las luchas sociales y en el ámbito político, años antes de la aprobación del voto femenino en 1949.

Eugenia Rodríguez Sáenz
Escuela de Historia – CIICLA
eugenia.rodriguez@ucr.ac.cr
Voz Experta Cvargas415x

Voz experta: Anexión del Partido de Nicoya

Voz Experta Cvargas415x
M.Sc. Claudio Vargas Arias

Voz experta: “Anexión del Partido de Nicoya”, no “Anexión de Guanacaste”

La anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica implicó un largo proceso en el cual estuvieron presentes intereses económicos, políticos, geoestratégicos y por supuesto culturales.

25 julio 2023

Próximos al 25 de julio, se impone -una vez más-, recordar que nuestro país celebra en esta fecha, la incorporación del Partido de Nicoya a su territorio y no la “Anexión de Guanacaste”. Lo anterior, pese a que algunos comunicadores, publicistas, políticos y otras personas con presencia mediática siguen repitiendo la equivocación y así siguen desinformando sobre la historia del país.

Para comprender la precisión histórica y jurídica que respalda esta aseveración, es necesario conocer, aunque sea en forma resumida, algunos detalles esenciales de este proceso. Es oportuno aclarar también, que la provincia de Guanacaste que hoy conocemos, integra un territorio mayor que el que tuvo en el pasado el Partido de Nicoya.

Posterior a los años de conquista se impuso, en el territorio que a partir de aquel momento se llamó América, el régimen colonial español. Este fue un proceso complejo y cambiante, que se extendió desde el siglo XVI y hasta la segunda década del siglo XIX, y que irrespetó las particularidades culturales y las divisiones territoriales de las culturas aborígenes que les antecedieron y que diezmadas, siguieron viviendo en estas tierras.

Bajo el modelo colonial, las delegaciones de poder real y, por ende, las jurisdicciones y los límites asignados a los representantes del Imperio, no siempre fueron claros ni precisos. Los intereses (locales e imperiales) económicos, políticos, sociales e incluso religiosos se proyectaban en la organización y la administración territorial.

Publicado originalmente en

Por lo anterior, en diferentes momentos del pasado colonial, la región de Nicoya (no siempre conocida con la denominación de “partido”) varió su condición y dependencia respecto a Nicaragua o Costa Rica. Por ejemplo, hasta 1558 fue gobernación anexa a la de Nicaragua; de esa última fecha y hasta 1593 fue independiente; de 1593 a 1602 se mantuvo unida a Costa Rica. Nuevamente de 1602 a 1786 fue independiente; de 1786 a 1809 estuvo unida a Nicaragua y de 1810 a 1821, al cambiarse la organización administrativa española, con la creación de las diputaciones provinciales, Nicoya pasó a formar parte de la Diputación Provincial de Nicaragua y Costa Rica. De manera que es incorrecto afirmar que Nicoya perteneció o estuvo sometida de manera permanente a la administración de Nicaragua en cualquiera de sus jerarquías o denominaciones organizativas, mientras estuvo vigente el modelo colonial español.

Otro aspecto necesario de aclarar es que lo que la actual provincia de Guanacaste es diferente al territorio que en el pasado colonial se conoció con esa misma denominación (Guanacaste). De manera que la Villa de Guanacaste, conformó tan solo, a la actual Liberia.  

Específicamente el territorio del Partido de Nicoya integró las tierras que se encontraban en la península al oeste del río Tempisque hasta el Océano Pacífico y al norte se extendía hasta el río la Flor y el Lago de Nicaragua. Por su parte, las tierras al este del río Tempisque y al sur del río Salto eran parte del territorio costarricense.

En 1835, como parte del proceso de organización territorial administrativa del país, se crearon tres departamentos:  El Departamentos Oriental, el Departamento Occidental y el Departamento de Guanacaste. Este último se integró con el Partido de Nicoya, y los valles de Bagaces y Las Cañas, que pertenecieron a Costa Rica durante la época colonial. Finalmente, en 1848, se crearon las Provincias de San José, Alajuela, Cartago, Heredia y Guanacaste, y las Comarcas de Puntarenas y Limón.

"Próximos al 25 de julio, se impone -una vez más-, recordar que nuestro país celebra en esta fecha, la incorporación del Partido de Nicoya a su territorio y no la “Anexión de Guanacaste”. Lo anterior, pese a que algunos comunicadores, publicistas, políticos y otras personas con presencia mediática siguen repitiendo la equivocación y así siguen desinformando sobre la historia del país."

La anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica implicó un largo proceso en el cual estuvieron presentes intereses económicos, políticos, geoestratégicos y por supuesto culturales. En este proceso sin lugar a duda, el plebiscito que se realizó el 25 de julio de 1824 fue fundamental, pero no definitivo. En un cabildo abierto, los pobladores de Nicoya y Santa Cruz decidieron anexarse a Costa Rica, pero quienes poblaban la Villa de Guanacaste (como se dijo líneas atrás, la ciudad de Liberia), no estuvieron de acuerdo con esta anexión.

No fue sino hasta que el Estado de Costa Rica formó parte de la República Federal de Centroamérica, en 1825, cuando la Villa de Guanacaste fue integrada a Costa Rica por disposición del Gobierno Federal. Años más tarde, el tratado Cañas-Jerez, firmado en 1858, consolidó legalmente la integración del territorio en referencia a Costa Rica.

Según lo cita el acta de anexión, los pobladores de los territorios que decidieron incorporarse al país, así lo acordaron por las ventajas que se vislumbraban. Seguridad y estabilidad política, facilidades comerciales, beneficios administrativos son algunos temas que así quedaron expresados como propios de Costa Rica, frente a la situación de inestabilidad que en estos años vivía Nicaragua y que se extendió incluso más allá de mediados del siglo XIX.

Pese a lo anterior, casi dos siglos después de la anexión del Partido de Nicoya al territorio costarricense, se escuchan voces, de manera intencionada o por desconocimiento del pasado, que refieren a esta efeméride de manera equivocada. Con lo cual no solo se desconoce el pasado, sino que se crea confusión en el presente.

Claudio Vargas Arias
Director de la Escuela de Historia
direccion.historia@ucr.ac.cr