La carrera de Archivística busca formar profesionales comprometidos con la preservación del patrimonio histórico cultural del país al formar técnicos y bachilleres que se inserten en las instituciones públicas y privadas del país. Asimismo, ha velado por la organización y conservación de los documentos producto de las funciones institucionales o empresariales, facilitando la toma de decisiones, el estudio retrospectivo y el respeto a los derechos de los ciudadanos. Desde el 2014, nuestra carrera pretende formar profesionales capaces de diseñar sistemas de gestión de documentos y de archivos que coadyuve a la administración electrónica pública o privada.
El mercado laboral para el cual son preparados los profesionales en Archivística demanda el pleno cumplimiento de las necesidades de las instituciones públicas y privadas mediante una formación acorde con la realidad para dar cumplimiento a la normativa nacional, de manera que garantice en el ámbito público la transparencia administrativa, contribuya a la rendición de cuentas y garantice el derecho de los ciudadanos al acceso a la información. En el ámbito privado, el profesional en Archivística es fundamental para la gestión de la calidad y a la responsabilidad social de las empresas mediante una gestión de documentos basada en normas de calidad.
En la Sección de Archivística consideramos que la formación que reciban los futuros profesionales debe ser una clara combinación entre los fundamentos teóricos, el uso de herramientas, almacenamiento, recuperación y difusión de la información contenida en los documentos tradicionales o digitales y un buen manejo de las tecnologías de la información y la comunicación.
La apertura de la Carrera de Archivística se inició en 1975 cuando se planteó la apertura de una Licenciatura en Archivología, en el seno de la Escuela de Historia y Geografía -como se denominaba en ese entonces-, dada esa a nidad natural entre los archivos y la historia pero que no logró consolidarse y más bien dio paso a la realización de cursos de capacitación; con la nalidad de formar al personal del Archivo Nacional y de otras instituciones de la Administración Pública en el campo de la Archivística, siguiendo las recomendaciones que plantearan expertos de la UNESCO que visitaron el país en distintas oportunidades, como por ejemplo el Dr. Aurelio Tanodi, la Dra. Vicenta Cortés y la Dra. Bodil Ulate. La apertura del Diplomado en Archivo Administrativo -carrera corta de dos años-, se produjo en el año de 1978, con la aprobación por parte del Consejo Nacional de Rectores y gracias al apoyo brindado por las autoridades de la Escuela y del Archivo Nacional, muchas de las cuales se integraron al personal docente de la naciente Carrera, como es el caso de las licenciadas Luz Alba Chacón León, Ana Virginia García De Benedictis y María Cecilia Arce González; que habían adquirido su formación en la Escuela de Documentalistas de Madrid, España y en el Centro Interamericano de Formación de Archiveros de Córdoba, Argentina, a las que posteriormente se incorporó el licenciado Eduardo Fournier García, quien hizo una especialización en Archivística en España.
Con el paso de los años, este plan de estudios -único en su modalidad en América Latina-, fue sufriendo ajustes, en los años de 1981, 1985, 1990 y 1992, para adecuarlo a las tendencias más recientes en el campo de la Archivística a nivel internacional, donde ha jugado un papel importante la vinculación con organismos como el Consejo Internacional de Archivos (CIA) y laAsociación Latinoamérica de Archivos (ALA); quienes mediante congresos, seminarios y otros foros han propiciado la interdisciplinariedad en la formación de los archivistas, buscando un mayor acercamiento a los archivos administrativos; así como, por un incremento en la producción bibliográ ca en el campo de la Archivística.. Las demandas del medio laboral, canalizadas especialmente a través de la Asociación Costarricense de Archivistas -nacida en la década de los ochenta-, planteó la necesidad de una mayor profesionalización de la formación de los archivistas del país, razón por la cual en el seno de la Carrera, se hicieron esfuerzos para ampliar el plan de estudios para otorgar el grado de Bachillerato en Archivística, lo que se logró en el año 1995 y empezó a regir a partir del primer ciclo de 1996, conservando como salida lateral el Diplomado en Archivo Administrativo abierto en el año de 1978.
En el año de 1999, la Carrera, consciente de la problemática a nivel global, de las necesidades detectadas en la sociedad costarricense y especí camente por las observaciones que docentes y estudiantes hicieron al plan de Bachillerato se propuso la tarea de actualizarlo, y como lo señala Monserrat Sebastia, en el sentido de
“que los archivistas son profesionales competentes en información. Y que dicha competencia no es sinónima exclusiva de la preservación de los documentos, sino que también incluye la calidad de la información (accesibilidad) y la actitud de servicio para con los usuarios reales y potenciales (incluidos los servicios pedagógicos y la difusión cultural externa)”.
De ahí que en el año 2000 entró en vigencia la reestructuración del plan de estudios del Bachillerato en Archivística con el n de formar profesionales que brinden soluciones audaces a los problemas que enfrentan las organizaciones haciendo uso de tecnología de punta, capaces de adaptarse al cambio con una visión crítica, con el dominio de técnicas de gestión y gerencia de la información y métodos de investigación.
Los cambios que demanda la sociedad de la información y del uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación plantearon a la Carrera la necesidad de la apertura de la Licenciatura en Archivística que se inició en el año 2004, como un medio no solo de elevar el nivel profesional de los bachilleres -en términos laborales-, sino también de reforzar la formación interdisciplinaria que les permitiera posicionarse tanto en instituciones públicas como privadas en un mundo que demanda un acceso rápido y ágil a la información para la toma de decisiones, la transparencia administrativa, la rendición de cuentas y como derecho de los ciudadanos, en una sociedad altamente competitiva.
La Carrera de Archivística ha pasado por una serie de etapas, como lo hemos reseñado anteriormente, en las que se ha evidenciado la particularidad de estar adscrita primero a la Escuela de Historia y Geografía y posteriormente a la Escuela de Historia, cuando se dio la separación de ambas instancias, y en forma independiente de otras disciplinas como la Bibliotecología y la Documentación, caso que no ocurre en otras latitudes, por lo que podríamos decir que es una experiencia única en Hispanoamérica. Su desarrollo histórico ha marchado en estrecha relación con el Archivo Nacional pues ambos se han nutrido mutuamente, en esa tríada que deben integrar, por un lado la entidad formadora de los profesionales en el campo, la Universidad de Costa Rica, la entidad rectora de las políticas archivísticas en el país, el Archivo Nacional, amparado a la Ley 7202 del Sistema Nacional de Archivos de 1990 y por otro lado, la entidad aglutinadora de los profesionales en el campo, como lo es la Asociación Costarricense de Archivistas. Actualmente se han graduado mas de 200 estudiantes en el Diplomado (salida lateral que se cerró en 1999, según políticas universitarias) que se encuentran desempeñando sus funciones en muchas instituciones que integran el Sistema Nacional de Archivos, alredor de 69 bachilleres que han visto mejorada su situación laboral y por ende un mayor posicionamiento y visibilidad en las instituciones en donde se desempeñan; así como, se han graduado hasta el momento 8 licenciados.
En la actualidad, gracias al apoyo de las autoridades de la Escuela de Historia, la Carrera logró culminar con éxito un proceso de autoevaluación mediante el análisis de los siguientes indicadores: marco losó co de la Sección de Archivística, la Coordinación de la Carrera, el Plan de estudios, la Docencia, la Acción Social, la Investigación, la infraestructura y la gestión administrativa.
Como resultado de este proceso se ha iniciado una nueva etapa que consiste en una reforma curricular que busca introducir las mejoras que demanda el medio, dentro del marco de la sociedad de la información y del conocimiento en la que nos encontramos inmersos y con el fuerte impacto de las tecnologías de la información y la comunicación que ha incidido en la forma en se generan, se tratan y se conservan los documentos.